—¡Uno azul!
—Rojo.
—¡Azul!
—¡Gris!
—Rojo.
—¡Es una bici! Ji, ji, ji.
—Es roja, ¿no?
—Señor Fredricksen, eso es trampa.
—No, de eso nada. Rojo.
—¡Eso es una boca de riego! Ja, ja, ja, ja.
—A lo mejor necesito gafas nuevas.
Al viejo señor Fredriksen quieren expropiarle su casa para construir un bloque de edificios. Él no quiere dejarla, porque allí es donde pasó su vida junto a su esposa, Ellie, donde planearon todas sus aventuras. Como está visto que no puede vencer a la burocracia, Fredriksen decide iniciar una última aventura, la que Ellie y él dejaron sin cumplir: visitar las cataratas del Paraíso. Eso sí, como no piensa dejar su casa, se la lleva con él gracias a un montón de globos de helio.
En esta escena, Fredriksen y Russell se comen un helado sentados en un bordillo de la acera, mientras cuentan los coches rojos y azules que pasan. Lo mismo que Russell hacía con su padre antes de que se fuera. Puede parecer aburrido, pero ese es el tipo de cosas que se recuerdan...
Helado de chocolate
Ingredientes para 8 personas:
- 1 tableta de chocolate
- 4 yemas de huevo
- 125 g de azúcar
- 300 ml de nata líquida
- 300 ml de nata montada
Trabajamos las yemas con el azúcar hasta que estén cremosas. Añadimos la nata líquida y lo cocemos al baño maría, removiendo hasta que espese.
Troceamos el chocolate y lo derretimos con un poco de agua al baño maría.
Agregamos al chocolate la mezcla anterior pasada por un colador, mezclamos bien y dejamos enfriar.
Cuando esté frío, incorporamos la nata montada y lo metemos en la heladera. Una vez hecho lo congelamos varias horas.
Si no se tiene heladera, se mete a congelar y cada media hora se saca y se remueve para que no queden cristales.
