—¿Qué es la suprema a la Kiev?
—Creo que tiene ciruellas y otra fruta. Creo, ¡eh!
—Una Maryland, entonces.
—Lo que tienen aquí mejor es el pescado, ¿eh? Pedíte una lamprea. Es exquisita y no la hay en cualquier sitio.
—No me gusta el pescado. Y de postre quiero charlota.
—Te traigo al mejor restaurante de Madrid y pedís menú de puta. De verdad, no sé por qué, pero si invitás a una puta a cenar no falla: suprema y charlota. Está bien, pedí lo que querás.
Martín lleva una (H) detrás de su nombre para distinguirle de su padre, que también se llama Martín y es guionista en España. A Martín (H) le gusta el rock y sufre un grave accidente, que hace que su madre le mande de Buenos Aires a Madrid, para que pase un tiempo con un progenitor al que no ve desde hace cinco años, a ver si él consigue encarrilarle.
En esta escena, Martín (padre) lleva a cenar a su joven amante y, cuando ella pide algo sencillo, él pone de manifiesto su carácter snob, egocéntrico y déspota, que choca con el de la gente que le rodea, siempre magnéticos y apasionados, como si todo en su vida fuese un guión.
Suprema a la Kiev
Ingredientes para 2 personas:
- 2 filetes gruesos de pechuga de pollo
- 30 g de mantequilla
- 1 diente de ajo
- Cebollino
- Perejil
- Tomillo
- Sal
- Pimienta
- 1 huevo
- Harina
- Pan rallado
- Aceite
Se mezcla la mantequilla con sal, cebollino picado, perejil y una pizca de tomillo. Se forman dos rulos con papel film y se meten 15 minutos en el congelador.
Se abren los filete de pechuga a la mitad como un libro, sin llegar al final. Se saca la mantequilla del papel film y se mete dentro de los filetes. Luego se enrollan, metiendo los bordes hacia dentro.
Se mezcla la harina con pimienta y se enharinan los filetes. Después se pasan por huevo batido con un poco de sal y, por último, por pan rallado.
Se fríen en abundante aceite y se sirven con ensalada.