martes, 5 de mayo de 2020

Si la cosa funciona



—¿Qué es esto?
—Un knish.
—¿Y de qué está hecho?
—Llevo años comiéndolos. Son buenísimos. No sé lo que llevan, no quiero saber lo que llevan. ¡No hables de eso! 

Boris Yellnikoff es un físico retirado y divorciado que odia a todo el mundo, un casacarrabias malhumorado que saca de quicio hasta a sus amigos. Un día se encuentra a Melody, una chica sureña que se ha ido de casa y no tiene dónde quedarse y decide ayudarla. Ella es tan inocente que se toma los comentarios sarcásticos de Boris de forma literal y termina enamorándose de él. ¿Qué puede hacer un viejo gruñón entonces?

En esta escena, Boris y Melody da un pasea por Nueva York hablando de cosas variopintas. Boris la lleva a la Yonah Schimmel Kinsh Bakery, una pastelería tradicional que él suele frecuentar con sus amigos y ambos compran unos knishes para continuar con su paseo. Cuando ella le pregunta, él no quiere ni planteárselo: hay cosas buenas que lo son porque sí y es mejor no revolver mucho en cómo se hacen o por qué siguen ahí.


Knish

Ingredientes para 5 bollitos:



















  • 100 g de harina
  • 1 huevo
  • 1 cucharada de aceite de girasol
  • Vinagre
  • Sal
  • 1 patata mediana
  • 1/8 de cebolla
  • Mantequilla
  • Aceite

Cocemos la patata. La pelamos y la machacamos para hacer puré. Añadimos sal y un poco de mantequilla e integramos bien.

Picamos la cebolla y la salteamos en un poco de aceite. Cuando esté pochada la mezclamos con el puré de patata. Lo mezclamos bien y dejamos que se enfríe.

Mezclamos la harina con la clara del huevo, el aceite, un chorrito de vinagre y sal. Añadimos un poco de agua tibia y amasamos hasta obtener una masa firme. Si es necesario añadimos un poco más de agua, pero siempre muy poco a poco. Cubrimos la masa con un papel film y la dejamos reposar 1 hora.

Pasado ese tiempo, estiramos la masa en forma de rectángulo. Colocamos una línea de puré de patata en uno de los lados y lo enrollamos, como si fuera un canelón.

Cortamos la masa en porciones de unos 10 cm y las retorcemos sobre sí mismas dándoles forma de bollito y apretando el extremo con un dedo hacia el centro, para que no se salga el puré. Los pintamos por encima con la yema de huevo.

Horneamos 20 minutos a 180ºC. Se sirven calientes.