—Tienes cara de estar a punto de desmayarte. ¿Has comido algo hoy? Come.
—Esto es una pesadilla.
—Uhum. ¿Por qué?
—¿Por qué?
—¿Por qué? Oye, te lo ha dejado todo. Tiene que haber alguna razón de peso y tú la sabes.
—¿Y si tiene más que ver con vosotros que conmigo?
—Sí, es lo único que tendía sentido.
—¿Te dijo algo a ti?
—Que no recibiría ni un centavo.
—Quería que te labraras un futuro desde cero, como tu madre.
—Un futuro desde cero, ya. Mi madre levantó su negocio con un préstamo de un millón de dólares de mi abuelo. Mi padre está tieso y tuvo que firmar un acuerdo prematrimonial. Vive acojonado. Sé que mi abuelo me desheredó para protegerme precisamente de eso y sé que no debería decirlo en voz alta pero, cuando me enteré, joder, le habría matado. Cuando me fui de la fiesta, mientras conducía sin rumbo, en plena noche, tuve un momento de lucidez: en adelante supe que tendría que arreglármelas solo. Y me sentí bien. ¡Qué cabrón, el viejo! Marta, solo sé tres cosas: uno, sé que él no se suicidó.
—¿Por qué crees eso?
—No lo creo, lo sé. Porque conocía a mi abuelo. Puede que tú y yo fuéramos los únicos que le conocían, así que no me vas a engañar porque dos: sé que entonces vomitarías. Recuerdo la partida de póker del 4 de julio. Y tres: acabas de comerte un plato de judías con salchichas —Hugh aparta el plato de judías y coloca un bol vacío en su lugar—. Así que, mírame a la cara y dime lo que le pasó a mi abuelo.
—¡Cabrón!
—Marta, cuéntamelo todo.
Puñales por la espalda es una película de detectives al estilo de Hercules Poirot. Un anciano escritor de misterio se suicida en su mansión, pero el detective Blanc, que ha sido contratado de forma anónima para resolver el caso, no lo tiene tan claro. En cuanto entra en la casa descubre que todos sus familiares tenían alguna razón para quererle muerto.
En esta escena, tras enterarse en la lectura del testamento de que el anciano se lo dejaba todo a su cuidadora, Marta, uno de sus nietos la saca de allí antes de que el resto de la familia se le eche encima. Hugh es la oveja negra de la familia, el único que sabía que su abuelo le había desheredado y parece divertirle que todos hayan acabado igual. Aunque prefiere conocer toda la verdad de la boca de Marta.
Judías con salchichas
Ingredientes para 2 personas:
- 1/2 cebolla
- 1 diente de ajo
- 100 g de bacon
- 2 salchichas de carnicería
- 2 tomates
- 1 cucharada de salsa barbacoa
- 1 cucharada de salsa Worcestershire
- 200 ml de caldo de pollo
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1 cucharada de mostaza
- 200 g de alubias cocidas
- Aceite
- Sal
- 1 rebanada de pan bimbo
Picamos fino la cebolla y el ajo y las salteamos con un poco de aceite. Cuando empiecen a coger color añadimos el bacon y las salchichas troceadas. Cuando la carne esté dorada, añadimos el tomate en cuadraditos, la salsa barbacoa, la salsa Worcestershire y el caldo, y dejamos cocer 15 minutos.
Añadimos el azúcar moreno, la mostaza y las alubias. Mezclamos bien y dejamos cocer 5 minutos más. Rectificamos la sal.
Servimos bien caliente con tostadas de pan de molde.